Los contratos que sacaron a  Samuel Prada de la Emab

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Samuel Prada Cobos, exgerente de la Emab.

Tras la salida de Samuel Prada Cobos de la gerencia de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab, muchas fueron las versiones sobre las motivaciones que tuvo la Junta Directiva para apartarlo del cargo.  Esto fue lo que se movió detrás de la salida de Prada de la Emab.

 

Tras la salida de Samuel Prada Cobos de la gerencia de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab, muchas fueron las versiones sobre las motivaciones que tuvo la Junta Directiva para apartarlo del cargo.

La principal suspicacia que generó ese relevo obedeció a que la carta que recibió Prada Cobos explica que su salida se dio sin justa causa y a que en esa medida recibirá indemnización; eso en medio de la crisis financiera de la Alcaldía y en momentos en los que se desató una polémica por cuenta de las donaciones que les están pidiendo a contratistas a cambio de que les paguen las cuentas pendientes.

En el lado de la Alcaldía, La Silla conoció las versiones de cuatro fuentes de adentro, incluida una de la junta directiva de la Emab, que aseguraron que la decisión se basó en la  “falta de confianza” a la gestión de Prada Cobos por presuntas irregularidades en la suscripción de millonarios contratos relacionados con el relleno sanitario El Carrasco.

Esto fue lo que se movió detrás de la salida de Prada de la Emab.

Los contratos

Los contratos que detonaron la salida de Samuel Prada Cobos se remiten a la operación de la planta de lixiviados del Carrasco, y la disposición final de residuos sólidos en ese mismo relleno sanitario, millonarios proyectos que  se quedaron en manos de Julián Serrano Gómez (uno de los contratistas que se disparó el cuatrienio pasado en Santander) en medio de procesos de selección que, según las hipótesis que está manejando la junta directiva de la Emab, habrían sido formulados para favorecerlo.

Las principales dudas en torno a la millonaria contratación que le fue entregada a Serrano están en que, para el caso de la planta de lixiviados, la administración de Prada Cobos lanzó una convocatoria pública por $4.065 millones de los cuales $3.154 millones fueron para su construcción y $1.562 millones para su operación, valor que equivale a solo un año de operación, pese a que esa actividad le fue delegada al contratista por 20 años.

Es decir, la Emab le entregó a un contratista un negocio de años 20 años  por $4 mil millones cuando el monto real de la convocatoria debió bordear los $30 mil millones, algo que de haber sido así hubiera variado completamente las condiciones del proceso de selección y en esa medida las exigencias para los concursantes.

"No es lo mismo presentarse a un concurso de $4 mil millones que a uno de $30 mil millones. Las exigencias de experiencia, los índices financieros y en general toda la información solicitada para la empresa hubiera tenido que cambiar y si eso lo enfrenta a que las condiciones de experiencia que le exigieron al contratista Serrano fueron muy débiles, puede inferir que algo que está pasando", explicó un miembro de la junta directiva de la Emab a La Silla

Adicionalmente, el hecho de que Prada Cobos hubiera entregado el negocio de la operación de la planta por 20 años a un contratista que no puso nada en contraparte, también llamó la atención de la junta directiva.

“Normalmente ese tipo de contrataciones se hacen cuando el privado aporta una parte. Entonces es lógico verlo en alianzas público privadas o en concesiones de vías, porque lo que se busca es que el privado obtenga una ganancia en el tiempo como contraprestación de la inversión. En este caso toda la plata la puso la Emab y la entregará por 20 años”, agregó el integrante la junta directiva de la Emab.

Según la junta directiva de la Emab lo que se debió hacer fue establecer un tiempo de transferencia tecnológica entre el contratista y la empresa, para que esta última después de uno o dos años de instalada la planta continuara operándola por el resto del tiempo con personal propio, lo que abarataría los costos de funcionamiento.

El otro contrato que terminó ocasionando la salida de Prada Cobos de la Emab se remite a la disposición de los residuos sólidos en El Carrasco, actividad que en términos prácticos consiste en acomodar la basura que llega al relleno (casi 1000 toneladas diarias).

Serrano Gómez empezó a ejecutar ese contrato en consorcio con Construvicol (empresa del superpoderoso empresario Reynaldo Bohórquez, quien maneja el negocio de las basuras en Barranca), luego de que, según las denuncias de la junta directiva de la Emab, se hubiera formulado una licitación con condiciones que terminaron eliminando la pluralidad de oferentes.

“Se exigía que la empresa que quisiera operar el relleno tuviera experiencia muy alta en toneladas de basura y número de municipios operados. Esa experiencia claramente cerraba la licitación y es por eso que termina con un solo proponente”, indicó el miembro de la Junta Directiva a La Silla.

Aunque en ese consorcio Construvicol, empresa que años atrás se había encargado de la disposición de residuos sólidos en el Carrasco, aportó toda la experiencia y el músculo financiero, su participación fue de solo el 50 por ciento.  La otra mitad fue de Julián Serrano.

Diecinueve meses después y tras la declaración de una nueva emergencia sanitaria, Serrano Gómez se presentó otra vez para disponer los residuos sólidos. Esta vez cambió de socio (Insego) y con la experiencia que había recolectado con Construvicol se quedó nuevamente  con el contrato.

El contratista

Julián Serrano Gómez, como ya lo contó La Silla, fue uno de los contratistas que más recursos recibió el cuatrienio pasado en Bucaramanga.

Además de la construcción del intercambiador de la Quebradaseca con 15, se hizo a contratos para ejecutar obras pequeñas en Bucaramanga y obtuvo varias decenas de millones en entidades públicas de la ciudad diferentes a la Alcaldía de Bucaramanga, entre esas la Emab.

Precisamente, sobre la manera en la que obtuvo los dos contratos, Julián Serrano le dijo a La Silla que no es cierto que las convocatorias hubieran sido formuladas para favorecerlo.

“La disposición en El Carrasco es muy compleja, no hay área para operar y eso lo hace muy difícil. Creo que a nadie más le interesó por esas condiciones, pero la Emab abrió una convocatoria pública  y  cualquiera se podía presentar”, indicó Serrano.

Sobre los 20 años de operación de la planta aseguró: “lo lógico es que quien la construye la opere, porque la experiencia ha dejado claro que si no es así, después se presentan muchas dificultades y terminan las partes culpándose mutuamente. Los 20 años es porque se estima que durante todo ese tiempo El Carrasco seguirá botando lixiviados y con base a eso se tasó el tiempo. Tenemos actualmente la mejor planta de tratamiento de todo Latinoamérica y eso lo reconocen hasta los entes de control que nos están poniendo de ejemplo, nosotros convertimos los lixiviados en agua casi potable”.

Serrano Gómez es una de las manos derechas de Anaya para la contratación. 

Serrano Gómez, según cuatro contratistas y tres exfuncionarios de la Alcaldía de Bucaramanga, es cercano al representante a la Cámara Fredy Anaya y actúa según las directrices del congresista, quien antes de llegar al Congreso también guardaba intereses en el sector de los servicios públicos.

“Él es una de las manos derechas de Anaya para la contratación. Se volvió fuerte hace cuatro años y ahorita está consolidándose”, aseguró uno de los contratistas que hablaron con La Silla.

No obstante, Serrano Gómez ha asegurado que su labor no tiene nada que ver con la del congresista y que es independiente. Similares declaraciones ha dado Anaya.

'Pueden ir a los entes de control'

Luego de que se conociera su salida de la Emab, Samuel Prada Cobos salió a diferentes medios a resaltar su gestión al frente de esa entidad, que incluyó, de la mano de la Contraloría, el salvamento financiero y con ello la recuperación de las rutas de recolección de basura, que habían sido delegadas a un privado en 2011. No obstante, no dio detalles de las motivaciones que habían llevado a la junta directiva de la Emab a separarlo de la gerencia.

Tras ser consultado por La Silla, Prada Cobos señaló que efectivamente había sido por “falta de confianza” y explicó que esa decisión obedecía a que no era del grupo político de la nueva administración.

“Yo no participé de la elección del Alcalde y es normal que no se sientan cómodos conmigo. Es natural que cada uno quiera que su equipo esté al mando. Yo vengo de un gobierno con otro perfil y esa es la razón. Por eso aceptan indemnizarme y la salida se da sin justa causa”.

Cuando fue indagado por las dudas que generaron los contratos que suscribió para la planta de lixiviados y la disposición final de basuras en El Carrasco dijo que tenía total tranquilidad por su gestión.

“Existen unos conductos regulares para aclarar estos temas, si ellos lo consideran pertinente pueden ir a los entes de control para que todo se esclarezca. Sin embargo, puedo decir que tenemos la mejor planta de lixiviados del país. Ese proyecto fue viabilizado por el Concejo, por la Alcaldía y tuvo muchos ojos encima”.

Debido a que la salida de Prada Cobos se dio sin justa causa, deberá ser indemnizado. Del monto que le paguen dependerá si el ahora exgerente emprende acciones contra la administración de Hernández.

Por su parte, en la orilla de Hernández están cocinando las denuncias formales contra Prada por las contrataciones que lo dejaron por fuera de la Emab.

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